Cuando el rey Nimrod al campo salia Mirava en el cielo y en la estreyeria Vido una luz santa en la giuderia Que havia de nacer Avraham avinu
Avraham avinu padre querido Padre bendicho luz de Israel
Luego a las cumadres encombedaba Que toda mujer que preqada quedara si no pariera al punto la matara, que habia de nacer Abraham avinu.
Avraham avinu padre querido Padre bendicho luz de Israel
La mujer de Terah quedo prenada E de dia en dia el la preguntaba: - ?De que tenes la cara demudada? Ella ya sabia el bien que tenia.
Avraham avinu padre querido Padre bendicho luz de Israel.
En fin de mueve mezes parir queria: Iva caminando por campos y vinyas, A su marido tal ne le descubria Topo una meara, alli lo pariria.
Avraham avinu, ...
Saludemos agora al compadre y tambien al mohel que por su zehut nos venga el goel y rihma a todo Israel, cierto loaremos al Verdadero.
Avraham avinu, ...
En akeya ora el nasido avlava: "Andadvos mi madre, de la meara. Yo ya topo kyen m'aletchara, Malah del scyelo me akompanyara, Porke so kriyado del Dyo bendicho.
La editorial Obelisco, en su colección Cábala y Judaísmo, ha publicado en septiembre de este año el libro Los apellidos judeoespañoles, de varios autores. El motivo es preguntarse sobre la huella genética judía en estos apellidos. Una recuperación de los patronímicos sefarditas. Se trata de una prospección o rastreo de nuestros vestigios hebreos. Este es el leitmotiv confesado. Pero conforme se avanza en el libro nos encontramos con un curioso coupage de teología rabínica y psicoanálisis.
Buscar la propia identidad a través de la memoria, porque no es el tiempo cronológico el decisivo en esta indagación, sino el tiempo genealógico, si bien esta genealogía no hay que entenderla al modo biológico sino al espiritual.
Existe (al decir de los autores) una memoria mutilada. Son los siglos de tensión entre el cristianismo y el judaísmo (ss. XI-XV), en particular al final (ss. XIV-XV). Pese a polemizar con A.Castro y Menéndez Pelayo por entender la Inquisición como un diseño judio-converso; más adelante confirma este ataque de los cristianizados frente a sus antiguos hermanos como un mecanismo psicológico.
En los Anusim (marranos, descendientes de los conversos) hallan huellas de un inconsciente judio latente en un consciente católico. Nos encontramos con algo tan alucinante, como encontrar en nuestra contemporaneidad a una anciana donde ese inconsciente le impide hacer la señal de la cruz.
Hacen énfasis en que nos construimos a través de la historia; es más, que nos relacionamos con Dios a través de la historia. Así pues, la Teshuva (el retorno a casa) se hace desde la memoria cara al futuro. En la teología judía Dios crea contrayéndose, dejando un espacio al hombre. Por eso lo genuinamente sagrado es el descanso (Sabat) frente al mundo material que es continuamente construcción. El Sabat es el momento de lo espiritual. Es el mismo Domingo impuesto por Constantino en el 321.
Seguimos con la teología rabínica. El hombre como artífice de la Creación; donde Dios crea, pero el hombre construye. Más que la fe; el estudio y el conocimiento. Por eso no sería propiamente una religión. Se puede ser un buen judío y ser ateo. Según esto la teología cristiana sería una teología de la respuesta y la judía sería la teología de la pregunta. En su sondeo de la tradición espiritual de Sefarad pretenden conocer la otra historia de España.
Pero esta es una pesquisa sobre su identidad. ¿Quiénes son y por qué son?. ¿Existe hoy en España el criptojudaísmo?. Nuestros autores nos refieren que ser judío es ser deuño de una herencia eterna.
La presencia semita en la península ibérica se remonta al s. V a.C. La mayor fiebre antisemita se da en el 1391 (entre 50.000 a 70.000 muertos). En el siglo XV de los 400.000 hebreos existentes en los reinos de España; 240.000 abrazaron la nueva fe y 160.000 se exiliaron. Se constata que hasta al menos tres siglos después del decreto de expulsión pervive el judaísmo y lo judeizante. Proponen (los autores) que el estado de Israel presione al Reino de España, para el establecimiento de un memorial a las víctimas de la Inquisición. No obstante habría que decir siguiendo a un propio historiador judio (Bensón Netanyahu) que los casos de falsos conversos fueron episodios aislados; la mayoría de las víctimas fueron cristianos nuevos no judeizantes (verdaderos cristianos) destinatarios de una persecución social y política encapsulada en una cruzada religiosa.
Esto se enmarca en su pregunta sobre la identidad: que es una pregunta sobre el pasado y el futuro. Pues un futuro en libertad es auténtico descubriendo que este presente es una impostura; que es un nuevo Egipto depravado, esta vez de cultura cristiana, del que se impone un nuevo éxodo (digo yo, que nuestros hermanos sefarditas no nos mandarán las siete plagas). Necesariamente van unidas la libertad individual y la colectiva. Como obstáculos a esta identidad, a esta supervivencia, señalan el cuestionamiento del estado de Israel, la asimilación por la cultura cristiana occidental y la judeofobia; como soluciones, el sionismo y el retorno a la identidad judía.
Termina el libro con unos muy breves estudios dedicados a los apellidos. En el listado nos señalan su propia cuestionabilidad. Lo cierto es que es esta cuestión la que da título al libro y sin embargo es el pretexto para una invocación a la Teshuva. Cabe preguntarse si es posible este retorno tras varias generaciones de asimilación sincera en la nueva fe. Terminemos con una oración común de judios y cristianos:
Shemá, Isrel, Adonai Eloheinu, Adonai Ejad
Escucha, Israel, el Señor es nuestro Dios; el Señor es Uno.