lunes, 21 de diciembre de 2009

Felices Fiestas. Saturnalia navideña.




Oy comamos y bebamos y cantemos y folguemos que mañana ayunaremos.
Por onrra de san Antruexo paremonos oy bien anchos, enbutamos estos panchos, rrecalquemos el pellexo, que costumbres de concejo que todos oy nos jartemos, que mañana ayunaremos.
Honremos a tan buen santo, porque en hambre nos acorra, comamos a calcaporra, que mañana hay gran quebranto. Comamos, bebamos tanto, hasta que nos reventemos, que mañana ayunaremos.
Bebe Bras, más tú, Beneyto, beba Pidruelo y Llorente, bebe tú primeramente, quitarnos has deste preito. En beber bien me deleyto, daca, daca, beberemos, que mañana ayunaremos.
Tomemos oy gasallado, que manana viene la muerte, bebamos, comamos huerte, vamonos para el ganado, no perderemos bocado, que comiendo nos iremos,que mañana ayunaremos.


(Villancico "Hoy comamos y bebamos" de Juan del Encina)


Si contemplamos esta fotografía de una bucólica España agraria ya pasada, y la concordamos con la letra del villancico renacentista transcrito; no podemos por menos que descubrir esa corriente de la historia que discurre subterránea a la celebración navideña. Sí; me refiero a las Saturnalia romanas; también una fiesta campestre (de final de ciclo) con notas carnavalescas. Una fiesta de los esclavos romanos donde a modo de comparsa trocabánse en patricios.

(representación de la Navidad de Diego Velázquez)

Para algunos, y no sin cierta razón, el Cristianismo solapó con la Natividad de Jesús ese ritual pagano. Y sin embargo, si miramos más allá de los excesos saturnales (tan contemporáneos hoy en nuestra Navidad del siglo XXI) existe un punto de unión: una fiesta de esclavos. Sí; así como las saturnalia era una liberación siquiera ficticia, también el anuncio del nacimiento de un Mesías liberador, que a todos nos igualara en dignidad , supone una liberación (esta verdadera); un anhelo de justicia. Felices fiestas; que nos alegremos porque nos ha nacido un Niño que nos ha liberado de la esclavitud.